Bartolomé González e
Isabel Redondo son dos diputados de la Asamblea de Madrid por el Partido
Popular, ayer fueron fotografiados infraganti jugando con sus móviles mientras
iban votando mecánicamente a las órdenes de sus jefes cuestiones tan
importantes para la ciudadanía madrileña como la implantación del euro por
receta, la “externalización” de seis nuevos hospitales y 27 centros de salud y
la vía libre para que venga el “Don” del juego, Adelson, y haga y pague lo que
quiera y como quiera en su Eurovegas. Porque ayer se votaba esa famosa Ley de
Acompañamiento de los Presupuestos que año tras año usan todos los partidos que
han gobernado en este país para colarnos con premeditación y alevosía
asuntillos inconfesables. La diputada de IU Libertad Martínez renombró esa Ley
como la “Ley Voldemort”, yo más bien le llamaría la “Ley Condemor”.
Pero en esta entrada no
quiero hablar de las leyes de acompañamiento de presupuestos, que es tema para
hacerlo largo y tendido. La actitud vergonzosa del don Bartolomé y Doña Isabel
jugando en la Asamblea es la imagen que tienen los ciudadanos de los políticos
y dará más argumentos a la toma de decisiones como las de Cospedal en Castilla
La Mancha, eliminando el sueldo de los diputados, aunque el objetivo de la “Bien
Pagá” es otro bien distinto. Pareciera
que toda esa masa de diputados que llenan los parlamentos de este país son
especímenes inertes, masa informes, que van colocando en los escaños para formar
parte de una clac casi desaparecida del teatro y recuperada por los partidos
políticos. Funcionan al unísono, todos votan lo que el grupo parlamentario les
ordena, hasta el punto de que si uno se equivoca de botón, porque estaba
jugando al “apalabrados” o viendo porno en el ipad o el iphone, que va con el
escaño, el partido les multa.