lunes, 26 de agosto de 2013

DESVARÍOS ESTIVALES. UN PAJARICO PASEANDO Y SALUDANDO A LA ROMANA

Fotograma de "Isla Presidencial"

Nicolás Maduro. actual presidente de Venezuela. en un encuentro en Barinas con cargos del PSUV , antes de las elecciones presidenciales, comentó que esa misma mañana al entrar a rezar en una capilla apareció por allí un “pajarico chiquitico” y que después de haber compartido con él unos cuantos silbidos… «Yo sentí el espíritu de él y lo sentí ahí como dándonos una bendición, diciéndonos: hoy arranca la campaña; vayan a la victoria» refiriéndose a Chávez. Y esta historia del “pajarico” corrió por la redes como si fuera algo irreal, paranormal, fruto de una alucinación bolivariana, algo digno de estar en las historias que nos cuenta Iker Jiménez en “Cuarto Milenio”. Aquí no comprendemos esas cosas de nuestros hermanos latinos y eso que la gran mayoría son sangre de nuestra sangre, o por lo menos algo de la nuestra llevan, porque son en parte fruto de lo que nosotros quisimos que fueran. Nuestra lengua, nuestra cultura, nuestra religión y nuestros mismos vicios políticos con la diferencia de que aquí se roba más educadamente, la corrupción occidental es más elegante, donde va a parar.

Hay cosas del llamado patio trasero de EEUU, cada vez menos patio y menos trasero, de las que nos reímos y hacemos chistes pero cuando en el patio delantero, el jardín del neoliberalismo o del Edén que para el caso es lo mismo, vemos o escuchamos cosas similares nos lo quitamos de encima con un “¡Bah!, cosa de los yanquis”. Nadie hace chanzas de los políticos yanquis que se pasan el día dando gracias a Dios, “God Bless America”… “God Bless America”… todavía recuerdo aquel 11 de septiembre poco después de caer la segunda torre y una cámara de CNN enfocando el cristal de un coche lleno de ceniza donde alguien había escrito con el dedo la frasecita. "God Bless America" le vale a los políticos yanquis hasta para bendecir a los marines, “semper fidelis”, que van a masacrar alguna nación del eje de cualquier mal que se les ocurra.

miércoles, 21 de agosto de 2013

COMPRAR A MORTE O LOITAR

Velorio (Virxilio Viéitez)

Hai anos, cando eramos nenos, o meu irmán e mais eu adoitabamos pasar algunhas tardes pola casa das nosas avoas galegas, Ángela e Luisa, avoas postizas pero ás que queriamos coma se fosen as de verdade, que estaban en Canarias. Un día soou o chamador do portal, aqueles chamadores de bronce que antes da instalación dos porteiros automáticos erá a única forma de acceder a unha casa sen porteiro, un toque era o primeiro, dous toques o segundo, xa se era dereita ou esquerda tiña que baixar alguén do piso requerido ou preguntar polo balcón. Oíuse a veciña do lado dicir:

—Baixo eu Angelita, que vou comprar— e os seus tacóns de agulla soaron contra os chanzos de madeira seguidos de un —Ah é vostede, suba.

O meu irmán e mais eu, que seguramente estabamos a dar conta dun anaco de pan e unha onza chocolate, en canto oímos as pisadas de alguén subindo corremos empurrándonos para ver quen chegaba antes á porta. Mentres, a avoa Ángela dicía:

—Demo de nenos, vos vaís a matar.

Cando abrimos demos un paso atrás, na penumbra da escaleira, na escuridade, apenas iluminado pola luz do corredor estaba un home, alto, moreno, enjuto, cos ollos afundidos, unha carteira debaixo do brazo e enfundado nunha bata de pano negro que nos dicía:

—¿Angelita Alonso?, veño a cobrar a morte.

Sen darnos tempo a pensar mais, a miña madriña empúrronos e mándonos para o saloncito.

Eu morto de medo púxenme a morder o chocolate pensando no que acababa de ver e escoitaba o que falaban mentra pensaba: “A cobrar a morte? ¿que era iso de cobrar a morte? , ¿había que pagar por morrerse?, entón o que non tiña diñeiro non morría”.

Pensei naquel pobre tan vello e tan limpo que viña a pedir á casa todos os domingos con un traxe de moitos anos, limpo e digno, con á súa boina nunha man mentres extendia a outra dicindo "saúde e sorte". “¿Non se morrería nunca?”. Debería ter mais de cen anos. ¿Sería mellor ser pobre e vivir do que nos dean os demais toda a vida?”.

Pregúntelle á avoa Luisa, que como era cega estaba sempre sentada nunha butaca baixa escoitando, e ás veces oíndo, Radio Vigo.

—Avoa porque pagas a morte, se non a pagases non morrerías.

Ela, acariciándome a cara díxome.

—Filliño, para que queremos vivir toda a vida e menos da caridade. É mellor que Deus nos leve con él.

Hoxe seguramente contestaríalle "Avoa, antes de que Deus nos leve o mellor é loitar pola vida"




domingo, 11 de agosto de 2013

ADHESIONES INQUEBRANTABLES




Adhesión inquebrantable”…, en todos los medios de comunicación de la dictadura se podía leer o escuchar esa expresión. A mí la adhesión inquebrantable se me quedó grabada de tanto ir los sábados a la sesión continua del cine Niza de Vigo en donde nos poníamos ciegos de pipas y nos aficionamos al cine aunque tuviéramos que tragarnos el  NODO un par de veces, también era una frase muy socorrida en el “Diario Hablado de Radio Nacional de España”, “El Parte” le llamaban algunos, con el que tenían que conectar todas las emisoras de radio del país. En el NODO siempre salía el Dictador inaugurando pantanos, bajo palio junto a algún jerarca de la Iglesia, en la entrega de credenciales de algún embajador, saliendo de algún pozo minero con un mono blanco impoluto, presidiendo un desfile militar o entregando su Copa, la del Generalísimo, al capitán del equipo de turno. 

Que menos se podía esperar de aquel que quisiera medrar en el régimen o mantener su puesto, regalías o mamandurrias. Muchos españoles, algunos lo negarán, se la ofrecían aplaudiendo y vitoreándolo a lo largo y ancho del país y sin excepción al paso de aquel Rolls Royce Phantom IV descapotable, lo recuerdo bajando la calle Colón de Vigo rodeado de la Guardia Mora a caballo y Doña Carmen a su lado, de Franco digo, — ¡Franco!, ¡Franco!, ¡Franco!— mientras ellos agitaban la mano con desdén. Había que sobrevivir, allá donde iba día libre en el cole o permiso en el trabajo para acudir a manifestar la adhesión inquebrantable del patrón al Caudillo.

Aunque pensemos que las “adhesiones inquebrantables” se mueren con los dictadores estamos equivocados, —el que se mueva no saldrá en la foto— que decía Alfonso Guerra. A Felipe González le ofrecieron la adhesión inquebrantable por el caso FILESA y GAL de igual forma que ahora se la ofrecen a Mariano Rajoy, sin olvidarme de Artur Más, Camps, Duran i Lleida, Griñan o Pujol, (padre, hijo y espíritu santo), pareciera que cientos de políticos de todas las ideologías podrían acabar con las manos abrasadas, pero no, una vez muerto el perro se acabó la rabia. Aunque los franquistas no se abrasaron por aquello del "dejo todo atado y bien atado" prueba de ello es que sus herederos ideológicos nos gobiernan.

A Rajoy todavía no le han puesto un NODO aunque Somoano hace lo que puede. A él le gustaría que los informativos de la 1 o de la 2, incluido 24H, fueran de obligada conexión por todas las cadenas, aunque a algunas no les haría falta, tal es el grado de servilismo que practican. Desde que Bárcenas ha empezado a tirar de la sábana, a la manta no ha llegado, se han repetido las adhesiones inquebrantables a Rajoy. En una democracia si las adhesiones inquebrantables vienen de miembros del Gobierno o de los compañeros de la dirección del partido lo puedo entender, aunque a veces vienen envenenadas, de los militantes de base y de sus votantes menos, pero lo que ya colma el vaso de la náusea es la de algunos periodistas, tertulianos y medios de comunicación que anteponen el halago y sumisión al líder a su independencia profesional.


No hay espectáculo más vergonzante que ver en nuestro Congreso a los diputados electos por los ciudadanos aplaudiendo y jaleando a su líder sabiendo que todo lo que está diciendo es una absoluta mentira o una canallada. Es que aquí eso de las adhesiones inquebrantables no se ha olvidado, no hay más que ver a las direcciones de los partidos políticos o de los sindicatos oficiales, o de las patronales; hay algunos dentro de ellas que se han pegado el culo con Loctite al asiento a base de no oponerse a nada, "¡Ay del que ose llevar la contraria a la línea oficial!", a los versos sueltos en los partidos les ofrecen un puestecillo en Europa, que tampoco es poco, o los mandan al vacío más absoluto y en los sindicatos otra vez al tajo, si es que alguna vez lo tuvieron. 


Muchas veces me ha perdido el responder a una orden con un — ¿y por qué?— cuando no veo algo claro. No hay cosa que más me incomode, desde joven, que esas sumisiones y adhesiones inquebrantables , quizás tan solo los líderes carismáticos pero para el caso es lo mismo.